Las Apasaras son ninfas y los Gandharvas cantores en el cielo de Indra.
Las Apsaras, como clase no son muy renombradas en los Vedas, aunque se mencionen los nombres de Urvasi y algunas pocas más. En los poemas épicos se hablas más de ellas: el Ramayana atibuye su origen al batir del océano, y la versión Puránica sobre su origen coincide con ello. Se dice que cuando surgieron de las aguas ni los dioses ni los asuras iban a casarse con ellas, de modo que se convirtieron en propiedad común de ambas clases.
A veces se las llama "las esposas de los dioses" e "hijas del placer".
"Entonces, de la agitada profundidad surgió la legión de Apsaras así llamadas, porque al líquido eterno debían su ser. Nacieron miríadas de ellas, todas engalanadas con vestidos y alhajas celestiales; pero más divino era todavía su nativo semblante, poseedor de todos los dones de gracia, juventud y belleza, un innumerable séquito las seguía; sin embargo, aun riendo tan bellas ni un solo dios ni demonio buscó su amor para el matrimonio, y ¡Ah Maghava! todavía hoy permanecen como tesoro común de los huéspedes del cielo".
"En los Puranas se mencionan varias ganas o clases de ella. El Vayu Purana enumera catorce, el Hari Vansa, siete. Se dividen también en daivika "divinas" y laukika "mundanas". Se dice que de las primeras hay diez clases y de las últimas treinta y cuatro; éstas eran las fascinadoras bellezas celestiales que embelesaban a los héroes. Urvasi, una de ellas, distrajo a austeros sabios de sus devociones y penitencias, y lo mismo hicieron Meneka y Rembha.
Las Apsaras pues son seres atractivos, hermosos y voluptuosos. Son las esposas o las queridas de los Gandharvas y no son nada recatadas en la dispensa de sus favores. Sus amoríos en la tierra han sido numerosos y son las recompensas que en el cielo de Indra se dan a los héroes que caen en la guerra. Tienen el poder de cambiar sus formas y conferir buena suerte a sus favoritos.
Los Gandharvas, según el Vishnu Purana, eran hijos de Brahma. "Los Gandharvas nacieron a continuación embebidos de en melodía; nacieron bebiendo la diosa del habla y de ahí su nombre (gam dhayantah), bebiendo el lenguaje). En otro lugar del mismo Purana les hace descendientes de Kasyapa y Arishta, y por lo tanto nietos de Brahma.
El Padma Purana habla de ellos como los hijos de Vach. Se dice que su número es de sesenta millones. Derrotaron a los Nagas, o dioses-serpientes, se apoderaron de sus joyas y usurparon su reino. Arruinadas, las serpientes acudieron a Vishnu, quien prometió entrar en Purukutsa y destruirles.
Los Nagas enviaron a su hermana Narmada (el río Nerbudda) a solicitar la ayuda de Puruktsa, que consintió en prestársela. Como recompensa, los Nagas le dieron a su hermana el don de que quienquiera que le adorara y repitiera su nombre se salvaría no sólo del veneno de las serpientes, sino de otros venenos también.
A juzgar por los libros más antiguos da la impresión de que los Gandharvas eran asistentes de Indra, el rey de la tormenta, y los más recientes escritores consideraban su estancia en el cielo de esta deidad como una recompensa.
Como a las deidades se les proveía con una o varias esposas, los Gandharvas no fueron desatendidos en este aspecto. Las preciosas aunque frágiles Apsaras les fueron adjudicadas y cuando Indra estuvo en peligro de perder su trono y otros dioses pasaron por un apuro semejante a causa de las austeridades de algún devoto, se encargó a algunas de las más atractivas visitarles y distraer sus mentes.
El nombre de estos músicos celestiales y de sus relajados lazos matrimoniales con las Apsaras ha llegado a ser de uso corriente para designar una de las cinco formas de matrimonio: aquella en la que el mutuo consentimiento del hombre y la mujer para vivir juntos es todo lo que se requiere, sin ninguna ceremonia civil o religiosa.
Namaskar Om Shanti