martes, 15 de diciembre de 2009

El apego/ El no apego



El hecho de aportar atención y consciencia despierta para conseguir el acceso al cuerpo, a las sensaciones, sentimientos, a la mente, el hecho de que mantengamos despiertos los sentidos y estemos vitalmente atentos en todo momento a todas las cosas que suceden o se producen, tanto en el mundo interior como en el exterior, nos lleva a un importantísimo estado mental que estabiliza la mente, la vacía, la purifica, a la vez que la vuelve plenamente vigilante y brillantemente viva, lista para actuar espontaneámente cuando la acción lo exija.



Si creamos una sólida base, la sabiduría, la visión y la iluminación emergeran y se estabilizarán en sí mismas en el mundo consciente y así será posible que desaparezcan todas las influencias molestas y oscuras que nos obstaculizan, pudiéndose entonces erradicar y/o transformar. Ésta es la única manera en que seremos capaces de volver a nuestra conciencia intrínseca pura y luminosa que siempre brilla, que siempre existe.

Abrirnos a la consciencia, estar sensibles a ella es experimentar un espacio interior que es eterno (akalika).



IR EN POS DE LA ESPIRITUALIDAD

No se trata tan sólo de ir a un ashram, a un monasterio, refugiarse en algún centro espiritual, lejos de los desafíos del mundo, donde pautas de respuesta y factores inconscientes del sistema psicosomático pueden surgir con más facilidad.

La vida real nos ofrece constantes problemas y acontecimientos inesperados a los que hay que hacer frente cada día. Y así, si la persona es consciente puede aprender y crecer con todo tipo de dificultades, pero si no lo es se dejará arrastrar por todo tipo de problemas, reaccionará ante ellos identificándose con ellos, se comprometerá con ellos y por tanto se apegará a ellos.

Ante estos desafíos, estos lugares espirituales pueden ser un refugio o una salida provisional, pero la vida continúa.La verdadera espiritualidad consiste en el no apego, no identificación y no compromiso.




CUIDADO CON LOS FALSOS GURÚS

Seguir a alguien ciegamente, esperando que esa persona nos libere de nuestras aflicciones y que nos dé luz a nuestras vidas es una verdadera equivocación. Eso sería como un ciego que guía a otro ciego. Sólo nuestra experiencia nos hará ver con claridad, pero eso sí, con pureza de corazón, trascendiendo el ego y perfeccionando nuestra conciencia.

Por lo tanto, una serie de técnicas meditativas nos pueden ayudar en un principio para abrir y modificar estados de consciencia, pero la verdadera consciencia nos viene dada sólo por nosotros mismos, nuestra verdadera experiencia personal. Sino, tarde o temprano nos vendrá la decepción, además las experiencias de los demás no nos sirven de nada.



EN CUANTO A LA PUREZA DE CORAZÓN

A la vez que se abre el corazón crecen u florecen los sutiles estados de la mente. Éstos incluyen en amor auténtico, la compasión (karuna) el gozo (santocha) que incluye la alegría por el éxito de los demás y la ecuanimidad.



EN CUANTO A LA TRASCENDENCIA DEL EGO

El ego es controlador, perfeccionista, autocrítico, satisfecho y todo ello lucha por dirigir. Esto es un hecho cotidiano en la existencia humana cotidiana, y todo ello crea confusión, se pierde el sentido de un auténtico sí mismo, esta confusión lleva a no saber ni tan siquiera quienes somos, incluso todo ello nos lleva a situaciones de crisis de personalidad/identidad.

El ego es el que toma las decisiones, y eso no es que sea nocivo siempre y cuando la consciencia esté presente.

Trascender el ego es liberarse de esa personalidad controladora, perfeccionista, autocrítica...cuando funciona el ego consciente nos sentimos libres de patrones egoístas y alcanzamos de este modo la liberación de la personalidad.

El ego consciente puede llegar a gobernar y organizar las actividades de la vida con amor y sabiduría, cuanto más lejos vamos y más profundicemos en nuestro viaje interno de crecimiento y transformación, más perfecta se torna la consciencia.



LA NO IDENTIDAD, EL NO COMPROMISO

Nos llevará a la consciencia desapegada de todas las puertas de los sentidos de percepción, particularmente los ojos, oídos y mente. Constantemente buscamos impresiones, entusiasmo, cosas todas superficiales, cuanto más tenemos más queremos, tanto a nivel emocional como material y cuando nos enfrentamos a la duda, a la incertidumbre a los problemas aparece el desasosiego, la angustia, el dolor.

La no identidad, el no compromiso con todo eso, nos hará que mantengamos la paz interior y que al pemanecer totalmente conscientes pueda brillar la luz del conocimento interior. De hecho, todos poseemos esta luz interior y somos la luz de nosotros mismos. No dudemos en encender esa luz mediante la aplicación de la consciencia, una herramienta de transformación y visión profunda.



El apego a cualquier cosa o persona, a cualquier forma o estructura, por atractiva o vistosa que sea, el apego incluso a la espiritualidad nos llevará seguro al fracaso, a ilusiones frustadas, a pasiones frustradas, todo producto de nuestra profunda ignorancia.

Con todo ello no quiero decir que la espiritualidad sea sinónimo de seriedad, sino que podemos divertirnos, estar alegres, reír, durante el desarrollo de la consciencia, en ese entrar en la experiencia de cada uno de nosotros.

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