El Yoga es un método práctico para descubrir nuestro potencial escondido y latente. El Hatha Yoga no consiste simplemente en liberarnos de las tensiones que nos molestan, sino en un método para desprendernos completamente de todos los patrones de fijación y estancamiento, profundizando hasta los niveles más hondos e inconscientes de nuestro Ser. Todos los patrones restrictivos de tensión habitual que nos inhiben son resultado de experiencias pasadas. Las experiencias extrañas amenazadoras de cualquier tipo tienden a afrontarse con resistencias. Se trata de un mecanismo de protección.
Sin embargo, a la larga, el mecanismo empieza a desvirtuarse y reaccionamos ante las reacciones ante estas invasiones tensando y endureciendo no sólo el cuerpo sino también la mente. Al hacerlo, conseguimos que la invasión resulte de momento menos dolorosa, pero el efecto de la tensión es que los músculos y otras células se endurezcan en torno al impulso energético de la invasión.
Este endurecimiento entierra la energía de la invasión y así no tenemos que afrontar el dolor que nos produce, pero se queda dentro de nosotros, aprisionada por la fibras musculares rígidas, venas y capilares obstruidos, ramificaciones nerviosas embotadas. Las experiencias pasadas que no hemos asimilado permanecen imponiéndose en nuestro presente; donde sólo sirven para constreñirnos y limitar nuestra vida.
El yoga puede liberarnos de este proceso si se realiza con sensibilidad y conciencia, pues si se practica de forma descuidada o forzada puede consolidarlo aún más.
El Hatha Yoga no es relajación en sentido superficial. Es más que ocultar o evitar los sentimientos incómodos. Se enfrenta con la tensión que hemos incorporado, la pone de manifiesto y nos permite desprendernos de ella. Al hacerlo, libera nuestro completo potencial.
Afronta esta ardua tarea de manera precisa y sistemática sin emplear nada fortuito ni arriesgado.
La aplicación precisa y reiterada de las técnicas permitirá obtener resultados específicos y predecibles, su aplicación inexacta no.
El resultado es una profunda sensación de relajación y libertad interior, esta libertad se expresa como un entusiasmo que manifiesta agradecimiento, aprecio y compasión por la vida y los seres vivos.
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