La psicología del Buda se llama "el Camino Medio". Cuando alguien le preguntaba al Buda: "¿Por qué llamáis a vuestro sendero el Camino Medio?", él contestaba: "Sólo una persona que está en medio de dos extremos puede estar libre del ego; de otro modo es imposible".
Una pequeña anécdota asociada con la vida de Buda...
El Buda llegó a una población. El emperador salió a recibirlo y le pidió ser iniciado. Los discípulos del Buda le susurraron al oído:
-¡Cuidado con este hombre! Hemos oído todo tipo de historias sobre él. Nunca se ha bajado de su cuadriga, nunca ha caminado sobre sus pies. En su palacio debe estar siempre sumergido en todo tipo de deleites y lujos. Cuando asciende las escalinatas de su palacio, éstas están alineadas de mujeres desnudas que él utiliza como pasamanos, en lugar de la barandilla. En su vida no ha conocido más que vino y mujeres. Y hoy de repente quiere convertirse en un monje; quiere renunciar a todo y participar en disciplinas ásceticas. Lo más probable es que os abandone en el camino.
El Buda replicó:
-Por lo que sé al respecto a los seres humanos, este hombre no abandonará. Está harto de un extremo y está pasando al otro.
Los discípulos seguían dudando porque se fijaban en su pasado, pero el Buda dijo:
-No lo dudo. Este tipo de personas siempre van hacia los extremos. No os preocupéis.
Los discípulos dijeron:
-No creeemos que sea capaz de caminar descalzo por las calles o mendigar su comida, o que pueda soportar el calor y la lluvia.
-Será capaz de soportar mucho más que vosotros- dijo el Buda.
Todos se rieron. Estaban seguros de que en esta ocasión el Buda andaba errado. Pero el Buda demostró estar en lo cierto. A partir del día siguiente podía verse que mientras el resto de los monjes caminaban por un sendero, el rey se salía del camino para caminar a través de los espinos. Y si los monjes se sentaban bajo la sombra de un árbol, él permanecía de pie al sol. Y mientras que los monjes comían una vez al día, él sólo se alimentaba en una ocasión cada dos días. En seis meses se quedó hecho un esqueleto. Antes tenía un cuerpo bonito, pero ahora se marchitó y empezarón a notársele los huesos. Tenía los pies llagados.
El Buda les dijo a sus discípulos:
-¿Lo veis? No dejabais de decir que no podía confiarse en este hombre, pero os aventajará en disciplinas ascéticas.
Los monjes se quedaron de piedra ante la visión intuitiva del Buda. ¿Cómo podía saberlo? El buda dijo:
-El ego siempre elige uno u otro extremo; no puede detenerse en el medio. Él era rey de reyes y ahora es un monje de monjes. Reunió a todas las mujeres hermosas del reino y tenía los senderos de su palacio tachonados de gemas; ahora tampoco es un monje ordinario, sino extraordinario. Vosotros camináis por un sendero normal, pero él elige el irregular. Todos evitáis caminar sobre los espinos y él parece buscarlos. Os sentáis a la sombra y él permanece de pie al sol. Será el número uno haga lo que haga. No puede dejar de ser el número uno. Os derrotará. Ya ha derrotado a reyes, ¿creéis que perdonará a unos simples monjes como vosotros? El ego elige los extremos.
Una noche el Buda fue a visitar al rey. Enfermo y afligido, se hallaba tendido al borde del camino. El Buda le dijo:
-He venido a preguntarte una cosa. He oído que cuando eras rey eras un músico experto, un consumado intérprete de vina. Lo que he venido a preguntarte es lo siguiente: ¿si las cuerdas de una vina están demasiado tensas, crearán música?
-¿Cómo sería posible? Las cuerdas se romperían-contestó el rey.
-¿Y qué sucedería si las cuerdas están demasiado flojas? ¿Crearían música?-preguntó el Buda.
-No- contestó el rey-. Si las cuerdas están demasiado flojas ni siquiera crearán un tañido, así que mucho menos música.
-Ahora me retiraré-dijo el Buda-. Pero antes de marcharme quisiera recordarte que la ley de la vida es que sus cuerdas no deben estar ni demasiado tensas ni demasiado sueltas. Deben hallarse en una posición intermedia. Cuando se afinan correctamente las cuerdas, cuando están exactamente en un punto medio en que puede decirse que no están ni tensas ni flojas, y sólo entonces, pueden crear música. La ley de la vida es igual.
Fantástico! La verdad es que es muy difícil afinar! Pero todo se aprende, con experiencia, como la vida misma.
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