martes, 19 de enero de 2010

Por los caminos de la vida



Por los caminos de la vida se encontraron una vez, el Amor y la Vanidad, y el Amor abrió su pecho y le entregó una flor a la Vanidad, diciéndole:  ¡Te amo!.

Y la Vanidad tomó la flor, aparentemente de buena voluntad pero luego cuando la tenía en las manos comenzó a deshojar la flor, arrancando los pétalos hasta deshacerlos. Y el Amor miró con tristeza y le dijo:
-¿Qué has hecho?

Pero la Vanidad con su acostumbrada naturaleza; arrogante, insolente como es, ni siquiera contestó. Dejó caer la flor deshojada y siguió su camino como si nada pasara, y se quedó el Amor llorando.

Y pasaron alguna horas, y llegó la Paz andando, y al ver al Amor llorando, le preguntó: - ¿Porqué lloras? Y el Amor le contestó: - Lloro por la Vanidad, porque yo le entregué la flor de la vida y en ella vi esperanza,  conciliación y armonía, ¿Qué será de la Vanidad?

Su camino será oscuridad. Y pasaron los días y la Paz encontró a la Vanidad, agonizante al borde del camino. Y la Paz le preguntó a la Vanidad: - ¿Qué ha pasado? Y la Vanidad sollozando confesó: - Engreída e insensata como soy, perdí el sentido y significado de la vida.

Hace días que me encontré al Amor y me dio lo mejor de si, y yo rompí la flor que el Amor me dio, y ahora mis manos están manchadas de sangre, y es mi sangre que se derrama por que mi vida ya no tiene esperanzas, por que si he negado el Amor entonces la vida he rechazado, por que entonces no tengo sentido ni razón, y mi propia vida me ha abandonado.

Y cerrando los ojos, la Vanidad falleció, y la Paz alcanzó a decirle: -¡Descansa en Paz ilusa Vanidad! Por que cuando el Amor se va, se va también la Vida.

                                                            



Cedido por Moneiba Lanzarote.
                                                   

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