El discípulo acudió a la casa del maestro y llamó a la puerta.
-¿Quién es?-preguntó una voz desde detrás de la puerta.
-Soy yo-dijo el aspirante espiritual.
-Vete. No estás maduro para que te reciba. Acude a un lugar tranquilo y medita, medita sin descanso.
Durante meses el aspirante se entregó a la práctica espiritual. Pasado este tiempo, regresó a casa del mentor y llamó a la puerta.
-¿Quién es?-preguntó la voz desde dentro.
El discípulo contestó;
-Soy tú.
Entonces se abrió la puerta y apareció al mentor, que cariñosamente tomó al aspirante entre sus brazos y le dijo:
-Entra, entra, querido mío, no había sitio en este casa para dos yoes.
El maestro declara: Camina con seguridad por la senda del autoconocimiento el que comienza a percibir la unidad más allá de la engañosa y aparente multiplicidad.
Extracto del libro "Cuentos Hindúes" Ramiro Calle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario