Prosperidad

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Hara Therapy

Yoga Reiki Hara Kali&Shanti "donde el bienestar nace de dentro hacia fuera".

El Hara constituye el centro de tu ser, el vínculo con la existencia, la morada de la voluntad, la referencia que presta sentido a la vida.

Un viaje hacia el centro de tu ser, un viaje que comienza con el cuerpo y a lo largo del cual se desciende de la cabeza al corazón y del corazón al Hara.

"Aquel que comprende tiene alas"

Las principales causas del estrés en Occidente son "querer ser lo que no somos y hacer demasiadas cosas en una hora".

Aquí y ahora lo único seguro son los cambios constantes, inevitables, dejémonos llevar, soltar, sacar, soñar, actuar, volar...si te propones cambiar vas a crear tensión, primero hay que aceptar y luego relajar, tenemos que aprender cuál es nuestro ritmo, desde la relajación.









miércoles, 9 de diciembre de 2009

SADHANA



Se divide en dos partes: la primera es la etapa dinámica, que expresa la energía activa, creativa del "HA", el principio solar; la segunda, la etapa pasiva, que expresa la energía pasiva y receptiva del "THA", el principio lunar.



Cuando se completa la secuencia de posturas, y antes de tenderse en Savasana, terminamos en una posición sentada, tradicionalmente el loto completo. La tradicional práctica sentada de Pranayama se concentra entonces en refinar y soltar la respiración, mientras el cuerpo se mantiene inmóvil en una postura que saca el máximo partido de la liberación de la caja torácica.



Con el tiempo, cuando la liberación de la respiración consigue que la mente se aquiete, abandonamos el control de nuestra respiración y entramos en meditación. Nuestra mente se aquietará en la misma medida en que hayamos conseguido liberar nuestra respiración. Llegados a este punto, dejamos que nuestra respiración, nuestra energía, nuestra postura y nuestra conciencia se asienten libremente por sí solas: algo que depende de nuestra capacidad de "soltar".



Los dos niveles de la Sadhana son: primero, actividad para liberar nuestras limitaciones habituales; luego, quietud para facilitar la cosecha de nuestro potencial latente.

Éste es el don espiritual que nos regala el Hatha Yoga: una liberación que nosotros mismos nos concedemos, tan profunda y completa como si volviéramos a nacer.

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