Prosperidad

Prosperidad

Hara Therapy

Yoga Reiki Hara Kali&Shanti "donde el bienestar nace de dentro hacia fuera".

El Hara constituye el centro de tu ser, el vínculo con la existencia, la morada de la voluntad, la referencia que presta sentido a la vida.

Un viaje hacia el centro de tu ser, un viaje que comienza con el cuerpo y a lo largo del cual se desciende de la cabeza al corazón y del corazón al Hara.

"Aquel que comprende tiene alas"

Las principales causas del estrés en Occidente son "querer ser lo que no somos y hacer demasiadas cosas en una hora".

Aquí y ahora lo único seguro son los cambios constantes, inevitables, dejémonos llevar, soltar, sacar, soñar, actuar, volar...si te propones cambiar vas a crear tensión, primero hay que aceptar y luego relajar, tenemos que aprender cuál es nuestro ritmo, desde la relajación.









martes, 19 de abril de 2011

Osho, La pasión por lo imposible (mi homenaje a la semana santa)


En la vida ocurren tres cosas. Una ya ha ocurrido y no pudiste hacer nada al respecto; nacer. Otra es la muerte; aunque aún no ha ocurrido, tampoco puedes hacer nada al respecto. De modo que olvídate por completo de esas dos cosas, porque están fuera de tu alcance. Entre las dos quedan la vida, el amor, el júbilo.



No se puede neutralizar fácilmente a una persona viva. La persona que ama tiene una visión clara y no se deja engañar por los políticos. Y a la persona que sabe ser juguetona no se la encontrará en una iglesia, un templo, una mezquita o una sinagoga. A esos sitios van los que han muerto antes de la muerte, los que defienden un punto de vista contrario a la vida, el amor, el juego, la alegría, contrario al universo entero.



Pero si esas condiciones llegan a cegarte, empezarás a reprimir en tu interior toda posibilidad de ser más alegre, más cariñoso, más dichoso. Es una lucha entre tu pasado y tú. El pasado es largo; se remonta a tus raíces mismas, pero si estás lo suficientemente alerta aún tienes tiempo de escapar de la red, de las cadenas del pasado. La persona liberada del pasado es la única libre para vivir el presente.

OSHO

Shivoham

miércoles, 13 de abril de 2011

Mudrás. Significado y función, Parte 1ª


La palabra Mudrá significa literalmente "sello", son gestos corporales utilizados en Yoga,  Meditación y danzas de tradición Hindú como de otras culturas, que constituyen poderosos mensajes dirigidos desde la mano o el cuerpo hacia nuestro ser físico, psícológico y espiritual. Los mudrás pueden ayudar a equilibrar la energía que fluye por las Nadis (canales) que nutren nuestros órganos internos. Con su práctica se puede también conseguir estados específicos de consciencia. Asimismo, ayudan a eliminar los pensamientos negativos.

No solamente es un símbolo aquello que decimos, sino también la manera, la entonación y la forma en que hablamos, la postura de nuestro cuerpo, nuestros gestos, nuestras expresiones...Somos el propio símbolo de nosotros mismos.



Todo lo que constituye nuestro ser, habla, igual que todo espacio, su forma, sus colores. Los símbolos se refieren a la dimensión simbólica de la conciencia, la facultad de expresión y de comprensión del sentido de nuestro espíritu. A su vez, los Mudrás estimulan determinados ámbitos de nuestro cerebro o de nuestra alma y ejercen sobre ellos la influencia que les corresponde.

Los mudrás pueden definirse como gestos "neuro musculares". Esto significa que cada ser humano ha adoptado o adopta sobre la marcha una serie de gestos que le servirán para estar más seguro de sí mismo. Nuestro cuerpo es un Universo que expresa su energía sin cesar. Dentro y fuera de este Universo hay órganos que pueden expresar sus posibilidades a través de los gestos que nosostros realizamos para un determinado fin.

Cuando estamos abrazando a otro ser para darle ánimo o expresarle nuestro cariño, estamos aplicando un Mudrá que está directamente conectado a nuestro cerebro y al de la otra persona. El hecho de entrar en contacto genera bienestar por ambas partes, ya que existe un emisor y un receptor emocional.

Ocurre igual cuando queremos sentir la capacidad de sensibilidad que tienen nuestros dedos en comunicación con el cerebro. Intenta pasar la yema del pulgar, con suavidad y cariño, por la yema de los demás dedos y observarás la sensación de bienestar y de seguridad interna que produce este ejercicio. Cuando aplicamos un Mudrá a otra persona o le recomendamos que lo ejerza a diario, verá que en poco tiempo mejorara su capacidad de su autoestima y saldrá de ese estado psíquico negativo, beneficiándose de su propia energía.

Anjali Mudrá:



Anjali significa "ofrecimiento" y el Anjali Mudrá se acompaña con frecuencia de la palabra Namasté. Este gesto se encuentra también en ciertos asanas-en Tadasana (postura de la montaña), antes de realizar Surya Namaskar, o en las posturas de equilibrio como Vrksana (postura del árbol). Esta posición sagrada con las manos se encuentra en toda Asia.

El Anjali Mudrá es uno de los cientos de mudrás que se utilizan en los rituales Hindúes, en las danzas clásicas y en el Yoga. Consumado saludo Indio, Namasté se traduce frecuentemente como "reverencio la divinidad de tu interior desde midivinidad interior". Este saludo es la esencia de la práctica yóguica de ver al Divino en toda la creación. Por ello se ofrece de igual modo a las deidades, a los maestros, familiares, amigos, desconocidos, ríos sagrados y a los árboles.



Cuando  se llevan las manos unidas al centro de tu ser, se conectan literalmente los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro. Se trata del proceso yóguico de unificación, la unión de la naturaleza activa y la receptiva. Desde la visión yóguica del cuerpo, el corazón espiritual o energético se visualiza un loto en el centro del tórax. Anjali Mudrá alimenta elcorazón de ese loto con la consciencia, alentándolo suavemente para que se abra como hacen el agua y la luz con una flor.

El Mudrá debe iniciarse sentándose en una postura cómoda. Mantener la columan recta desde la pelvis y extender las vértebras del cuello inclinando ligeramente la barbilla. Después se unen las palmas de las manos y se llevan lentamente al centro del tórax, como si se quisieran recoger en el corazón todos los recursos que uno tiene.

Se repetirá el movimiento varias veces, meditando con las propias metáforas para reunir el lado izquierdo y el derecho de uno mismo-lo masculino y lo femenino, la lógica y la intuición, la solidez y la ternura-en un todo. Ahora, para poner de manifiesto la fuerza que conlleva la imposición de las manos sobre el corazón, intentaremos llevar las manos a un lado o al otro de nuestro centro y luego haremos una pausa. ¿No sentimos un ligero desequilibrio, como si el centro de gravedad se hubiera movido? Después, volviendo de nuevo al centro, percibimos lo grato que es estar en la línea central, como si un imán nos condujera al núcleo.



Suavemente, nos tocamos el esternón con ambos pulgares como si fuera el timbre que abre la puerta de nuestro corazón. extiende los hombros para expandir el tórax. percibe el espacio que se forma bajo las axilas cuando alineas los codos con las muñecas; si permaneces así un tiempo, sentirás la experiencia del gesto. Cambia el talente y la consciencia..

A continuación, imagina que estas empezando a hacer Yoga-o caulquier actividad en la que se tiene que estar centrado y consciente de que el estado interior propicia una nueva experiencia. Vuelves a realizar Anjali Mudrá,pero esta vez separas ligeramente las palmas de las manos, como una copa, de modo que parezca el capullo de una flor del loto.



En función de tu orientación espiritual, se puede plantar metáforicamente una semilla de oración, afirmación, o bien forjar una idea, como "paz", "claridad" o "vitalidad", en el interior de Anjali Mudrá. Baja la barbilla hacia el pecho y percibe un sentimiento de humildad y recogimiento con el que iniciar el ejercicio que deseas hacer. Es importante que este Anjali U ofrecimiento sea sincero hacia elpropio yo, así será más efectivo y elevará nuestro espíritu.

En este gesto, uniremos mente (consciencia), sentimiento (corazón) y acción (cuerpo). Cuando percibas que la invocacción se ha completado, eleva los dedos a la altura de la frente Ajna Chakra, y nos detendremos a sentir el efecto calmante del contacto. Vuelve a dirigir las manos al centro para llevar la intención al interior del corazón.


Anjali Mudrá puede realizarse en cualquier momento, así como al inicio de cualquier tarea que uno considere importante. Es un método antuquísimo que ayuda a los seres humanos a recordar el regalo de la vida y a usar el regalo sabiamente, es casi tan antiguo como el principio de los tiempos.

Es rico en sentimiento, significado y esencia. En un momento de suma simplicidad, por medio de Anjali Mudrá, nos veremos transportados a la eternidad.



El origen de los mudrás sigue rodeado de misterio. Se encuentran en todo el mundo y se han utilizado durante siglos. Los mudrás están en la vida diaria, en la religión, en la danza, en el arte, e incluso en el Tantra. Los Mudrás son extremadamente importantes en la iconografía budista y en la hindú. Su siginificado es a la vez esotérico, son también una importante ayuda para identificar a los budas, a los bodhisattvas y a las deidades.

Algunos Mudrás:

Abhaya Mudrá: de la bendición o de protección, la mano derecha se levanta a nivel del hombro con la palma hacia fuera.



Vitarka Mudrá: de la enseñanza. La mano derecha se eleva a la altura del corazón con la palma hacia fuera. El pulgar y el índice forman un círculo. Señalando hacia abajo, la mano izquierda queda hacia fuera o reposa en el regazo palma hacia arriba.




Dharmachakra Mudrá; de la rueda o del Dharma (enseñanza). Las manos se elevan a la altura del corazón,los pulgares y los índices de cada mano forman un círculo que se toca entre sí. La mano izquierda mira hacia dentro; la derecha hacia fuera.


Bhumisparsha Mudrá; mudrá de tocar la Tierra (también llamado "testigo de la Tierra). La mano izquierda descansa en el regazo con la palma hacia arriba. La mano derecha descansa con la palma hacia abajo sobre la rodilla derecha con los dedos hacia la Tierra.


Dhyani Mudrá; Mudra de la meditación. Las dos manos se juntan en el regazo  con las palmas de las manos hacia ariiba. El dorso de una mano (generalmente la derecha) descansa sobre la palma de la otra, la punta de los pulgares se tocan ligeramente. Hay diversas variedades de este gesto.



viernes, 8 de abril de 2011

Yoga Tibetano, Ejercicio 5: Amabilidad desde el Oeste


Si no puedes ser amable con los demás, al menos no les hagas daño.  Su Santidad el presente Dalai Lama

Ejercicio 5: Amabilidad desde el Oeste;

El quinto ejercicio empieza con el Estiramiento del Oeste (Paschimottanasana), uno de los ejercicios de Yoga más destacados en todos los antiguos libros indios. "Oeste" en este contexto, hace alusión a la espalda porque es bueno hacer Yoga mirando al este-dirección en la que giramos al pisar la Tierra-. Se trata de un estiramiento de la espalda y especialmente del canal central que recorre la columna.

La postura que complementa la flexión es la Rueda del Diamante (Dorje Korlo), cuyo efecto en la columna, a la altura del corazón, es el más pronunciado de todos. La descripción de este y los siguientes ejercicios según la tradición de los Dalai Lamas, procede de Je Tsong Khapa (1357-1419), maestro del Primer Dalai Lama.

Después de la última respiración que hacías en el ejercicio previo, siéntate en la estera al tiempo que exhalas. Si lo necesitas haz otra respiración o dos mientras te colocas con las piernas estiradas hacia delante. Presiona el suelo con las palmas de las manos a ambos lados para ayudarte a sentarte bien recto (Dandasana). Inspira y pronuncia en voz baja: "te envío amabilidad".



Quédate sentado en silencio durante cinco ciclos de exhalación/inspiración, mientras envías aire y luz. Exhalas: empieza el estiramiento del Oeste, estira el cuerpo hacia delante hasta cogerte los tobillos con las manos. A medida que ganes flexibilidad, trata de agarrar los dedos gordos de ambos pies con el índice y pulgar de cada mano. Inspira: tirando de los tobillos o dedos de los pies, atrasa los hombros y expande el tórax, abriendo el corazón. Exhala: deja caer de nuevo el tórax sobre las piernas empezando el movimiento desde el corazón. Inspira: mientras mantienes la postura, dirige suavemente la mirada hacia los dedos gordos del pie. Permanece así durante cinco ciclos de exhalación/inspiración. Relaja la postura con una exhalación e incorpórate. Realiza dos respiraciones con acompañamiento de brazos, abriéndote al bostezo y al suspiro.



En la siguiente inspiración, cruza las piernas y adopta una cómoda posición sentado; cógete las manos en la espalda con los dedos entrelazados y los brazos estirados. Exhala: aquí empieza la Rueda del Diamante, torsiona la parte superior del cuerpo hacia la izquierda, al tiempo que tiras hacia la derecha con las manos entrelazadas. Vuelve la cabeza a la izquierda tanto como te sea posible, dirigiendo la vista al hombro izquierdo. Mantén la postura durante cinco ciclos, exhalando e inspirando. Concentra la torsión en la espalda, detrás del corazón, no en el cuello ni en la zona lumbar. Exhala; relaja la torsión y regresa al centro. Realiza una respiración con acompañamiento de brazos.



Exhala; torsiona la parte superior del tórax hacia la derecha, tirando con las manos entrelazadas hacia la izquierda. Gira la cabeza tanto como puedas y dirige la mirada al hombro derecho, mantén la postura durante cinco ciclos de exhalación/inspiración. Exhala; relaja la torsión y regresa al centro. 



Inspira: colocas las manos entrelazadas encima de tu cabeza, estira los brazos hacia arriba mirando al frente. Estira cuanto puedas los brazos y extiende la columna. Exhala; mantén los brazos estirados mientras extiendes la columna y déjate caer lateralmente, flexionando hacia la izquierda. Mantén la postura durante cinco ciclos de exhalación/inspiración. Asegúrate de trabajar la zona del corazón, no la del cuello. Mantén recta la parte inferior de la espalda. Haz una exhalación, después inspira y vuelve al centro. 


Exhalas; continúas manteniendo la columna bien extendida, flexiona ahora hacia el lado derecho; mantén la postura durante cinco ciclos de exhalación/inspiración. Haz otra exhalación, inspira y regresa al centro.

Exhala; cógete las manos en la espalda con los dedos entrelazados, estira los brazos y dirige tu corazón hacia el suelo, mantén la espalda estirada. Al mismo tiempo, levanta los brazos hacia el cielo. Mantén la frente paralela al suelo, de modo que tu espina esté lo más recta posible, desde las cervicales hasta el cóccix. Mantén la postura durante cinco ciclos de exhalación/inspiración. Haz una exhalación seguida de una inspiración e incorpórate.


Exhalas; sigues con los dedos entrelazados en la espalda, sube los brazos y, abriendo el tórax, te arqueas suavemente hacia atrás. Deja caer la cabeza ligeramente hacia atrás mirando al cielo, mantén la postura durante cinco ciclos de exhalación/inspiración. Como siempre, concentra la extensión a la altura del corazón y no en el cuello o en la parte inferior de la espalda. Exhala y libera la postura.



Efectos: 

Las dos posturas que configuran este ejercicio producen un efecto físico a dos niveles. La flexión frontal sobre las piernas es uno de los mejores métodos para deshacer el nudo en los canales internos de la parte inferior de la espalda. Este nudo es, en última instancia, la razón por la que tantos de nosotros tenemos problemas lumbares principalmente. De hecho, este nudo ya está presente en nuestro cuerpo en forma diminuta, incluso durante los primeros momentos de la vida.

Los pensamientos a nivel subconsciente, conectados con nuestros aires internos, ya empiezan a liarse en el nudo. Los huesos de la parte inferior de la espalda van formándose alrededor del nudo, que ya constituye uno de los puntos más débiles y vulnerables en nuestra estructura corporal.



Este ejercicio nos ayuda a desatar el nudo lumbar, algo imprescindible si queremos hacer lo propio con el nudo situado en el corazón. Ocurre así porque existe una correlación entre los puntos bloqueados de nuestro cuerpo-muy parecida a la conexión interna entre los cinco niveles-. Trabajar la parte inferior de la espalda nos facilita la mitad del trabajo en el área del corazón.

Empezamos a trabajar con eficacia en el corazón cuando entrelazamos las manos en la espalda. Esta acción abre automáticamente el tórax; hay que insistir en tratar de unir las escapulas entre sí para acentuar el efecto. Esta es una de las zonas más difíciles de abrir, porque las vértebras dorsales detrás del tórax son diferentes de las demás. Estas vértebras en particular están pegadas a las costillas: tienen que cargar con todo el peso de la caja torácica que protege nuestro corazón y otros órganos vitales situados en el pecho. Como consecuencia, esta zona de la espalda tiene menos movilidad y los canales internos pueden llegar a atascarse.


Al levantar las manos entrelazadas por encima de la cabeza e inclinar los brazos a ambos lados, conseguimos estirar esta área normalmente inmovilizada. De nuevo, trata de flexionar la espalda en la zona paralela al corazón y no en las lumbares o en el cuello. Lo importante no es cuánto puedes flexionarte hacia los lados, en absoluto. Lo importante es sentir la flexión en la zona del corazón.

A continuación volvemos a doblar el cuerpo sobre las piernas. Concéntrate en estirar la espalda tanto como puedas y en expander el tórax tanto como puedas. El propósito de estas flexiones frontales no es tocar con la cabeza el suelo-si fuerzas probablemente sólo conseguirás apretar el nudo en la zona lumbar en vez de aflojarlo. Desciende gradualmente, mantén la espalda muy estirada, y expande el corazón.

Al principio, la tripa te dificultará las flexiones frontales. Después de pocas semanas de hacer este ejercicio, los canales internos reciben el mensaje y empiezan a expeler la grasa extra del cuerpo. Te irás estilizando, te sentirás ligero y cómodo todo el día. Estarás más a gusto contigo mismo, esto afecta a los aires internos y así pones en marcha otro ciclo ascendente en tu vida.

Al arquear hacia atrás, al final del ejercicio, una vez más sé consciente de trabajar aquella sección rígida de la columna, justo detrás del corazón y no tanto la parte baja de la espalda o el cuello. Acuérdate a lo largo del ejercicio de revisar tu lista de control.

Como el Dalai Lama señala a menudo, cada uno de los grandes maestros religiosos que han aparecido, ha tratado de convencernos al resto de no perjudicarnos unos a otros. Y no hay esperanza de que nuestra práctica de Yoga pueda ayudarnos si no entendemos porqué.


Cada imagen queda almacenada en la mente y enquistada allí, como una semilla bajo tierra en primavera. Tarde o temprano, la semilla germina en nuestros propios pensamientos y tiñe nuestra visión de la gente y de las cosas que nos rodean. No tendremos la sensación de que nuestro cuello queda ligero y flexible después de la sesión de Yoga; queda dolorido. De modo que si realmente queremos que el Yoga funcione, cuando nos relacionamos con los demás debemos hacerlo con lo que el Dali Lama llama "egoísmo iluminado". No podemos hacer, ni siquiera pensar nada que pueda perjudicar a otro porque todo queda registrado en nuestra propia cámara de vídeo que nos lo vuelve a reproducir más tarde.

Pero realmente para no dañar a los demás no es necesario que construyas máscaras, ¿Cuantas máscaras te has puesto hoy? Muéstrate tal como eres en cada momento de tu vida, sin engaños ni mentiras, y muéstrate al mundo tal como eres, no te dañes a ti mismo, cada momento es importante vívelo con todas las emociones





miércoles, 6 de abril de 2011

Rudra

 

RUDRAKSHA

En sánscrito, la palabra rudrākṣa significa “el ojo de Rudra”.

¿Quien es Rudra?

     Rudra Tandava 

 El término Rudraksha consiste en un nombre compuesto por dos significados: rudra, alusión al dios Rudra, y aksha, “ojo”, resultando así en: “ojo de Rudra”. Y Rudra no es otro que el nombre original del dios Siva. Si bien éste último, cuya etimología es “el auspicioso” o “el benevolente”, es popularmente conocido como deidad de la desintegración-reintegración del cosmos, en realidad, se trata de una elaboración posterior cuyas raíces se hallan en su primera manifestación como Rudra.

La deidad Rudra aparece en varios himnos del Rig Veda, identificándosele como dios de la tormenta, el viento y la caza. Además de sus poderes fecundadores y propiciadores de la nutrición, Rudra es especialmente invocado por sus poderes curativos, pues como afirma el Rig Veda: “es el mejor médico de todos los médicos”, “poseedor de remedios sanadores y miles de medicinas”.Sin duda, su medicina más preciada no es otra que las semillas del árbol Rudraksha.

Se trata del elaeocarpus ganitrusutilizada para confeccionar rosarios (mala) con los que se practica la invocación de mantras, así como en diversos remedios del Ayurveda, la medicina tradicional india. Asimismo, las semillas de Rudraksha son muy apreciadas por su poder sutil: cada semilla tiene distinto número de “caras” (mukhis), normalmente, de una a catorce, vinculadas a un complejo sistema de correspondencias espirituales, astrológicas y terapéuticas.De ahí que la presencia de la Rudraksha fluya por toda la cultura y sociedad india.

“En el Yajur Veda se lo describe como benévolo, sin malicia, liberador, curandero celestial, rojo, el del cuello azul, el de mil ojos”, nos dice Alain Daniélou en su libro Dioses y Mitos de la India.

El rudraksha es un árbol, de hojas perennes, que crece en la llanura del Ganges en las estribaciones de los Himalayas, y que dá unas semillas que reciben el mismo nombre. La semilla de rudraksha cuando esta madura aparece cubierta por una capa exterior de color azul, como aparece en la foto, y al secarse se torna de color negro azulado.

























En relación a su forma estas semillas presentan, en su superficie, surcos y ellas son clasificadas de acuerdo al número de divisiones que tienen. Las diferentes calidades y cualidades se atribuyen en función del número de caras que tiene. Un rudraksha común cuenta con cinco divisiones, siendo consideradas como símbolo de las cinco caras de Shiva, el creador mitológico del Yoga.

En la India decir Rudra y Shiva es lo mismo. Es por ello que esta semilla es utilizada tradicionalmente por los shivaistas para la confección del japa mālā. El japa mālā es una especie de contador formado por 108 semillas que se usa para la práctica de japa mantra. El japa mantra es la vocalización de sonidos de manera repetitiva. Como ejemplo doy el de la repetición del mantra Om Namah Shivaya por determinada cantidad de veces.




A ella tambien se le atribuyen propiedades curativas, ya que es usada en la medicina Ayurvedica, sistema terapéutico tradicional de la India, en el tratamiento de diversas enfermedades.

Otro de los nombres que recibe es el de las “lagrimas de Shiva”. Y surge de una antigua leyenda que dice: "cuando Shiva alcanzo el samādhi (el estado de integración donde los opuestos se funden y surge la unidad) se puso a llorar de felicidad y esas lagrimas se transformaron en las semillas de rudraksha".


martes, 5 de abril de 2011

Yoga Tibetano, Ejercicio 4, "Dar junto al Sol"



No te preguntes "¿Qué tendré para mi si le doy lo mío a otro?" Al contrario, pregúntate "¿De qué me sirve tener algo si no le puedo dar?". Maestro Shantideva (Siglo 8)

Ejercicio 4; Dar junto al Sol:

Ahora estamos verdaderamente preparados para practicar los ejercicios físicos de Yoga;  ahora tendrán realmente un efecto sobre nosotros, alcanzarán de lleno el quinto y más profundo nivel. Empezamos con el "Saludo al Sol" (Surya Namaskar"), pero lo vamos a realizar de un modo especial, el que procede del linaje de los Dalai Lamas.

Ponte de pie en la estera, con los pies juntos. Inspira, después tranquilamente dices: "te doy el regalo de la generosidad". Junta las palmas de las manos en el pecho cerrando los ojos, inspira de nuevo.



Permanece de pie durante cinco ciclos de exhalación e inspiración, respira muy despacio y plenamente, solo a través de tu nariz. La rosa con un diamante en su interior todavía está en tu corazón, fragante y reluciente. Cada vez que respiras, el aire que sueltas transporta la maravillosa fragancia de la rosa. Este perfume te envuelve.
Piensa de nuevo en aquella persona especial en tu vida-a la que quitaste su dolor durante el último ejercicio-. Vuelve a sentarte frente a ella. Ahora que hemos eliminado todas sus preocupaciones, queremos llenarla de buenos y alegres pensamientos. El primer pensamiento es un enorme deseo de dar a los demás. Vamos a enviarle a nuestro amigo el regalo de la generosidad misma.
Cada vez que sueltas el aire, imagina que el cálido y fragante perfume de la rosa sale de tus orificios nasales. Penetra suavemente por la nariz de la otra persona; inspira y el aire desciende hasta su propio corazón, donde ahora hay otra rosa roja con un diamante en su interior. De repente, la persona se siente feliz porque quiere dar, quiere darle a los demás aquello que necesitan.
Con esta alegría, el diamante en el corazón de la persona brilla como el agua pura y azulada en un estanque bañado por la luz de la Luna. Rayos como el azul del cielo y el agua pura, irradian de ambos diamantes-el tuyo y el suyo- formando un puente de luz entre vuestros corazones. Tu diamante llega incluso a fundirse en el suyo, como si fueran uno solo, en silencio.


Después de la quinta respiración, estamos listos para empezar los ejercicios físicos de Yoga. De ahora en adelante cada respiración particular contará. Recuerda, ahora es muy importante pensar que una respiración es una exhalación seguida de una inspiración, y no al revés. Fija tu mente en ello a lo largo de los ejercicios.
Exhalas; une las palmas de las manos a la altura del corazón con los pulgares unidos hacia dentro. Inclina la cabeza hacia el pecho y haz la primera exhalación. Inspira; mantén las manos juntas, estira los brazos al frente y bájalos aún juntos en dirección al suelo. Después, estira los brazos apuntando hacia el cielo, un poco por detrás de tu cabeza, arqueando la espalda con suavidad. Empuja hacia dentro desde tu corazón, no desde el cuello o la cintura. Mira hacia arriba, hacia tus manos, no hacia atrás.


Mantén esta posición durante cinco ciclos de exhalación/inspiración. Esta es la postura tibetana llamada "Cielo de diamante" (Namka Dorje).

Exhala; ahora deja caer los brazos estirados hasta el suelo, manteniendo la columna extendida, mientras acercas el tórax a las piernas. Cógete los tobillos; también puedes agarrarte los dedos gordos de los pies con el índice y pulgar de cada mano; mantén las piernas y la espalda rectas. A medida que progresas, procura colocar las palmas de las manos en el suelo, a los lados de los pies. Deja la mirada en ellos.


Inspiras; con tu pie izquierdo da un paso hacia atrás de unos 90 cm. Mantén la pierna izquierda estirada y la derecha doblada por la rodilla.

Exhalas; unes atrás el pie derecho con el izquierdo, elevando las caderas hacia el cielo y manteniendo las piernas estiradas. Presiona el suelo con las manos y los pies mientras diriges tu mirada hacia el ombligo.




Inspirar; deja caer las caderas y el pecho en dirección a los brazos, dibujando una línea inclinada con tu cuerpo que vaya de la cabeza a los pies, como si estuvieras a punto de hacer una flexión.



Exhalas; flexiona los codos, acercando lentamente el cuerpo al suelo. Mantén la barbilla levantada y la mirada al frente. (principiantes descender desde las rodillas).


Inspira; empuja el tronco hacia arriba con las manos, estirando las puntas de los pies hacia fuera. Sigue estirando los brazos y arqueando la espalda, con la mirada hacia arriba. Recuerda que arqueas desde la zona del corazón, y no tanto desde el cuello o la parte inferior de la espalda.


Exhalar; empuja de nuevo con la cadera hacia arriba, como antes, presionando el suelo con las manos y los pies. Mira a tu ombligo.

Inspira; avanza con tu pierna izquierda flexionada hasta situar el pie entre las manos. Mantén la pierna derecha estira con los dedos del pie apoyados en el suelo. Junta las palmas de las manos con los pulgares hacia dentro, y estira los brazos hacia arriba. Mira tus manos, arqueando ligeramente la zona del corazón y no la del cuello. 


Exhalas; coloca de nuevo las manos en la estera a los lados del pie (izquierdo) apoyado en el suelo. Después, lleva ese pie hacia atrás, unelo con el derecho para formar de nuevo una línea inclinada con el cuerpo hacia el suelo, mirando hacia delante con la barbilla levantada.

Inspira; empuja de nuevo con el tronco hacia arriba con las manos, extiende los dedos de los pies hacia fuera. Sigue estirando los brazos y arqueando la espalda, con la mirada hacia arriba. 

Exhalas; vuelve a la posición en que empujas con las caderas hacia arriba-parecido a una V invertida-presionando con los pies y las manos en el suelo. Observa tu ombligo y cuenta cinco ciclos de exhalación-inspiración.

Exhalas; avanza tu pie izquierdo hasta colocarlos entre las manos con un paso largo, mira al frente.

Inspira; une el pie derecho con el izquierdo, estirando las piernas y la espalda como si estuvieras haciendo una inclinación. Todavía miras al frente.

Exhalas; dirige tu mirada hacia los pies, cógete los tobillos y acerca el tórax a las piernas, manteniéndolas estiradas.

Inspiras; une las palmas de las manos con los pulgares en su interior y estira de nuevo los brazos hacia el cielo doblando ligeramente las rodillas. Arquea suavemente la espalda hacia atrás, a la altura del corazón, elevando la mirada.

Exhalas; regresa a la posición de pie con las manos juntas en el corazón y con los pulgares hacia dentro.

Repite la secuencia entera, pero esta vez empezando con el pie derecho. Repite ambos lados una vez más.



Qué efecto tiene el ejercicio sobre ti:

Empezando con este ejercicio y siguiendo con el resto, damos paso a la sección de dar según la práctica tradicional de Dar y Tomar-la llave para entrar en el Yoga del Corazón en la tradición de los Dalai Lamas-. La práctica de Dar se hace mientras se expulsa el aire; combinamos pensamientos perfectos y respiración física, que es como se acerca una cerilla a un bote de gasolina. Se produce un efecto inmediato y poderoso tanto en nuestra salud como en  nuestra paz mental. Veamos como este efecto viaja a través de los cinco niveles.

La razón por la que el Saludo al Sol resulta un ejercicio de Yoga tan poderoso es que combina un número de posturas tradicionales, proporcionando todos los beneficios de cada una de ellas. La primera postura, de pie en nuestra estera-llamada la "Postura de la Montaña" o "Postura Firme"-nos da un sentimiento de equilibrio y honestidad. Esta sensación de que un firme eje recorre el centro de todo nuestro cuerpo es, de hecho, un pequeño atisbo del poder del canal central. Los aires internos empiezan a agitarse en su interior por el simple hecho de mantener una postura correcta.



Cuando levantamos los brazos hacia el cielo, la tensión en el cuello y los hombros se libera. Esta liberación se debe a una ligera apertura de dos puntos bloqueados en los canales internos; uno en la base del cuello y otro cerca de la columna vertebral, detrás del corazón. Puesto que el Yoga del Corazón acentúa, precisamente, la apertura del corazón, nos detenemos aquí para hacer cinco respiraciones lentas, exhalar e inspirar.

Es muy importante enfocarse en la extensión hacia atrás, en la zona de la columna situada detrás del corazón; no debes dejar caer demasiado el cuello hacia atrás; pon especial atención en mantener la parte inferior de la espalda prácticamente recta. Si arqueas la columna a la altura del corazón y mantienes la postura, el efecto de desbloqueo sobre la constricción del corazón es mucho más poderoso.

La flexión frontal que le sigue, te ayuda enormemente a eliminar el exceso de grasa en la cintura. Es importante mantener la cabeza recta y flexionar desde la cadera, no desde las lumbares. Un profesor de Yoga cualificado de cualquier tradición puede enseñarte cómo hacerlo, y esa es otra cualidad del Yoga del Corazón: puedes añadir estas instrucciones a lo que sea que estés aprendiendo en tu centro de Yoga habitual.

La flexión frontal también te ayuda a liberar los nudos de los canales internos, cerca de la columna vertebral justo por encima de la cintura, y hacia abajo, cerca del cóccix. Esto mejora la digestión-gradualmente y de modo natural te sentirás más inclinado por la comida sana y rechazarás la poco saludable-.

El movimiento de empujar hacia arriba con la cintura que viene a continuación, refuerza tórax y lumbares; tus brazos también empezarán a parecer más atractivos. A esto le sigue otro arqueamiento de columna hacia atrás, levantando la cabeza y el tórax. De nuevo trata de sacar el tórax hacia fuera y sitúa la flexión en la zona tras el corazón, no en la parte inferior de la espalda. Un buen truco es tratar, conscientemente, de unir los omóplatos entre sí, y también ser consciente de cómo la piel del tórax se estira.


La postura parecida a una V invertida que sigue cuando levantamos los glúteos, actúa como contrapostura de la extensión de columna que acabamos de hacer. Esto estira las vértebras de la espalda y compensa el estiramiento frontal-previniendo el dolor lumbar-. Por supuesto, la causa principal de este dolor es el bloqueo de los canales internos en este mismo punto. El estiramiento ayuda una vez más a deshacer nudos.

El estiramiento hacia arriba con una pierna extendida y la otra flexionada por la rodilla, vigoriza las piernas haciéndolas más esbeltas. El estiramiento de piernas ayuda a soltar los nudos de los canales en la zona inguinal, favoreciendo una vez más la energía digestiva y sexual.

Cada vez que levantamos los brazos al cielo con este ejercicio, asegúrate de unir los pulgares dentro de las palmas, pensando que el gesto recuerda el diamante en la rosa de tu corazón. Este recuerdo constante te ayuda a abrir el corazón.

Hemos dicho anteriormente que el Yoga no será muy provechoso si mientras lo hacemos, dejamos la mente divagando sin rumbo entretenida con los problemas y los planes de vida diaria. Esto ocurre porque los aires internos se enmarañan cuando lo hacen nuestros pensamientos. De modo que aprovecha la situación y déjala que se dirija a la lista de control.

Revisar la lista de control es una manera de hacer que tu práctica de Yoga mejore más y más. Es una lista de cosas de las que quieres ser consciente durante la sesión; cosas que te ayudarán a progresar y sacarle el mayor partido a tu precioso tiempo. La lista puede incluir algunos puntos generales muy importantes que nunca varían, y también algunos puntos específicos con los que estés trabajando en el momento.


La lista  de puntos específicos podría incluir cosas como "¿Tengo abiertos los hombros cómo me indicó el instructor durante la última clase?" La lista podría ser como sigue:

-¿Cómo va mi respiración? ¿me estoy concentrando en soltar primero e inspirar después? ¿Estoy haciendo el sonido susurrante con mi exhalación, lenta y larga? ¿Está mis rostro relajado, feliz y sonriente? ¿Observo fijamente el lugar adecuado y muevo después mis ojos con suavidad hasta el punto siguiente? ¿Estoy estirando mi cuerpo al máximo dentro de mis posibilidades, pensando que se estiran también los canales internos? Y lo más importante; ¿me acuerdo de enviar mi regalo a esa persona especial cada vez que suelto el aire?

Al principio no podrás mantener mucho tiempo la concentración en todos estos puntos mientras practicas cada ejercicio. Cuando empezamos, dedicamos la mayor parte de nuestro esfuerzo a tratar de colocar el pie o la mano en el lugar adecuado. De hecho, las primeras semanas de aprendizaje son las más difíciles; un principiante trabaja mucho más duro que alguien con mayor experiencia. 

Con el paso del tiempo te darás cuenta de que imaginar que le puedes enviar generosidad a otra persona solo exhalando, empieza a tener un profundo efecto en tu propia vida. Cada vez que pensamos en ayudar a otro nos volvemos más generosos y desprendidos, plantamos semillas muy poderosas en nuestra propia mente. A medida que estas semillas maduran, uno  mismo se convierte en una persona más generosa.


Así se desencadena una mayor transformación en el libre fluido de nuestros pensamientos y los aires internos sobre los que éstos cabalgan. Esto nos hace, simplemente, personas cada vez más satisfechas y alegres. Debido a la conexión entre los aires internos y nuestra respiración, empezamos a respirar más profundamente y con mayor sosiego durante todo el día. Así se fortalece el cuerpo-pronto verás que raramente te enfermas, y te sentirás lleno de vitalidad todo el día para hacer todo lo que te propongas-.

Nos sentimos más felices y, nuevamente, el ciclo que conecta los cinco niveles empieza de nuevo, y es cada vez más elevado. Aquí radica la peculiaridad del Yoga del Corazón, sean cuales sean los ejercicios que estés aprendiendo.