Prosperidad

Prosperidad

Hara Therapy

Yoga Reiki Hara Kali&Shanti "donde el bienestar nace de dentro hacia fuera".

El Hara constituye el centro de tu ser, el vínculo con la existencia, la morada de la voluntad, la referencia que presta sentido a la vida.

Un viaje hacia el centro de tu ser, un viaje que comienza con el cuerpo y a lo largo del cual se desciende de la cabeza al corazón y del corazón al Hara.

"Aquel que comprende tiene alas"

Las principales causas del estrés en Occidente son "querer ser lo que no somos y hacer demasiadas cosas en una hora".

Aquí y ahora lo único seguro son los cambios constantes, inevitables, dejémonos llevar, soltar, sacar, soñar, actuar, volar...si te propones cambiar vas a crear tensión, primero hay que aceptar y luego relajar, tenemos que aprender cuál es nuestro ritmo, desde la relajación.









martes, 29 de diciembre de 2009

Intuición



La vida es del corazón. La vida solo puede crecer a través del corazón. Es en el suelo fecundo donde el amor crece, la vida crece, la divinidad crece. Todo lo que es bello, todo lo auténticamente valioso, todo lo que tiene sentido, todo lo que es importante, surge del corazón. El corazón es tu verdadero centro. La cabeza no es más que la periferia. Vivir en la cabeza supone vivir en la circunferencia sin ser consciente siquiera de las bellezas y tesoros que hay en el centro. Vivir en la periferia es la estupidez. Vivir a través de la cabeza es la estupidez, y vivir con el corazón y utilizar la cabeza cuando la necesites es inteligencia.

El centro, el maestro, se encuentra en el centro de tu mismo ser. El maestro es el corazón la cabeza no es más que una sierva; eso es la inteligencia. Cuando la cabeza se convierte en maestra y se olvida todo sobre el corazón, eso es estupidez.

Puedes elegir lo que quieras. Recuerda que la cabeza es una esclava maravillosa, de gran utilidad, pero como maestra es muy peligrosa y envenenará toda tu vida. ". Mira a tu alrededor! Las vidas de las personas están completamente envenadas, envenenadas por la cabeza.

OSHO

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